El Mes de la Herencia Hispana es algo que casi todos los residentes en EE.UU. han oído más de una vez, pero explicar lo que significa esta celebración anual es mucho más complejo que nombrarla, porque culturalmente significa un acontecimiento mucho más profundo que un puñado de piñatas, tamales o bailes folclóricos en las calles.
Del 15 de septiembre al 15 de octubre, el Mes de la Herencia Hispana es un tiempo dedicado a celebrar las contribuciones de las comunidades hispanas que viven en Estados Unidos.
Con casi 63 millones de hispanos viviendo en EE.UU., según el Pew Research Center, esta celebración de un mes de duración muestra algunos de los valores más preciados de personas de muchos grupos de origen de América Latina, España y Portugal.La conmemoración de este mes reconoce el modo en que estas comunidades han influido, nutrido, contribuido y conformado la cultura, la economía y la sociedad estadounidense actual en su conjunto.
Desde sus inicios, el Mes de la Herencia Hispana se observó originalmente como la “Semana de la Herencia Hispana”, pero posteriormente se amplió a un mes en 1988: “La observación comenzó en 1968 como la Semana de la Herencia Hispana bajo el Presidente Lyndon Johnson y fue ampliada por el Presidente Ronald Reagan en 1988 para cubrir un período de 30 días que comienza el 15 de septiembre y termina el 15 de octubre. Fue promulgada como ley el 17 de agosto de 1988. History. com subraya que “el impulso para reconocer las contribuciones de la comunidad hispana había cobrado fuerza a lo largo de la década de 1960, cuando el movimiento por los derechos civiles estaba en su apogeo y había una creciente conciencia de las identidades multiculturales de Estados Unidos”.
Este corredor festivo de un mes de duración abarca diferentes acontecimientos históricos entre los aniversarios de independencia de muchos países latinoamericanos, así como algunas festividades importantes y en las comunidades hispanas.
El 15 de septiembre se eligió como punto de partida por el inicio del Día de la Independencia de México, que se celebra la noche del 15 y durante todo el 16 de septiembre, cuando tuvo lugar el Grito de Dolores, desencadenante del inicio de la Guerra de Independencia de México, que terminó con la separación de Nueva España (la colonia formada por México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica, Honduras y Nicaragua) del Imperio Español en 1821. Los países centroamericanos celebran el Día de la Independencia simultáneamente el 15 de septiembre. México y Chile celebran oficialmente el Día de la Independencia el 16 y el 18 de septiembre.
Los hispanos o latinos no son un mero grupo de habitantes de países hispanohablantes. Los hispanos estadounidenses son un enorme grupo de ciudadanos con una identidad multifacética y también interseccional -independientemente de la raza-, ya que son un grupo multicultural atravesado por categorizaciones de diversos orígenes y nacionalidades, lo que crea sistemas de tergiversaciones a veces superpuestos.
Es decir, los hispanos como comunidad tienen un bagaje amplio, diverso, muchas veces contradictorio, como el encuentro entre las culturas de América del Sur con las del Caribe o España, ya que muchos de estos países -con legados culturales prehispánicos muy desarrollados como las culturas indígenas de México, Perú, Bolivia o Guatemala- ya traen toda una serie de diversidad identitaria a sus espaldas. Por eso, cuando hablamos de esta comunidad caleidoscópica, multicultural y polifacética, hablamos de un amplio prisma de lenguas, tradiciones, religiones, festividades, arte y prácticas gastronómicas, sintéticas.
Es en este mes cuando toda esa gama de sabores, musicalidades y ritmos cobran relevancia, representación y sentido dentro de una experiencia mucho más amplia como es la de ser latino, que sigue reconfigurando una identidad compleja y hasta dual -especialmente para las generaciones ya nacidas en EE.UU.- y que hoy son las que tratan de definir -en cada una de las celebraciones anuales del Mes de la Herencia- lo que significa ser latino en los Estados Unidos de hoy.