Los estilos de estos artistas son tan diversos como sus herencias. Trabajan en performance, grabado, fotografía, pintura y mucho más. Su arte traspasa fronteras y desafía normas.
Estos artistas, que han trabajado en todo Estados Unidos durante los últimos cien años, experimentan con materiales y abordan temas como la migración, la identidad y el medio ambiente. Abordan historias difíciles, celebran la herencia indígena y defienden los derechos humanos.
Descubra nueve artistas de nuestra colección para hacerse una idea de la contribución de los artistas latinos a Estados Unidos.
1. Martine Gutiérrez
Las obras de Martine Gutiérrez imitan a menudo los medios de comunicación de masas, desde vallas publicitarias hasta vídeos musicales. En el caso de Mujer indígena, creó una revista de 124 páginas que incluía desde anuncios falsos hasta desfiles de moda completos.
Gutiérrez creó todos los elementos. Fue su propia modelo, fotógrafa, estilista, maquilladora, escritora y diseñadora gráfica. Gutiérrez, cuyo padre es guatemalteco, dedicó el proyecto a «la celebración de la herencia indígena maya, la navegación de la indigeneidad contemporánea y la autoimagen en constante evolución». Como muchos de sus otros trabajos, Mujer indígena desafía las nociones típicas de belleza e identidad.
2. Daniel Lind-Ramos
Daniel Lind-Ramos trabaja el assemblage, una forma de arte parecida al collage tridimensional. En Figura de Poder, el artista combina materiales orgánicos, como el tronco de una palmera, con objetos que encuentra en Loíza (Puerto Rico), su ciudad natal.
Sus materiales evocan las prácticas culturales y la historia afroporteña. Una pandereta, una maraca y unos cubos hacen referencia a las tradiciones carnavalescas, la protesta política y las tradiciones musicales africanas. Tres cuernos en la parte superior de la obra sugieren personajes del folclore: el vejigante. Durante las fiestas anuales, la gente se disfraza de estas figuras alegres y traviesas.
3. Carmen Herrera
Carmen Herrera estudió arte y arquitectura en La Habana, Cuba, antes de trasladarse a Nueva York en 1939. Viviendo allí y en París, Herrera desarrolló un estilo distintivo de pinturas nítidas y de vivos colores. Pero no fue hasta que tuvo casi 90 años cuando el mundo del arte reconoció su visión.
Parte de esa visión consistía en llevar sus pinturas en color a las tres dimensiones. Parte de esa visión consistía en llevar sus pinturas en color a las tres dimensiones.Untitled Estructura (Yellow) presenta dos cuñas triangulares colgadas una al lado de la otra.Las cuñas son inversas: una se estrecha en la parte inferior y la otra en la superior.El trozo de pared que queda entre ellas se convierte en parte de la obra.El arte de Herrera a menudo nos hace cuestionarnos dónde empieza y acaba el medio.
4. Félix González-Torres
Félix González-Torres nació en Cuba y vivió en Puerto Rico antes de llegar a Nueva York en 1979 para estudiar en el Pratt Institute. Artista destacado de su generación, realizó arte conceptual que a menudo invita a la participación del público. «Sin título» consta de dos pilas de papel. Las hojas de una pila llevan impresas las palabras «En ningún lugar mejor que éste». Las otras dicen: «En algún lugar mejor que este lugar». Los visitantes pueden elegir entre algún lugar o ningún lugar, o no llevarse ninguna hoja.
Otra de las obras de González-Torres, «Sin título» (Ross en Los Ángeles), consiste en una sola pila de papel. Se invita a los visitantes a coger una hoja. González-Torres realizó esta obra el mismo año en que su compañero Ross Laycock (al que se hace referencia en el título) murió de una enfermedad relacionada con el sida. La pila cada vez más pequeña (que se renueva periódicamente) puede verse como una conmovedora historia de amor y pérdida. González-Torres también murió a causa del sida en 1996.
5. Mauricio Lasansky
Mauricio Lasansky aprendió el arte del grabado de su padre, que era impresor. Lasansky también estudió este medio en su Argentina natal antes de trasladarse a Estados Unidos en 1943. Poco después fundó el departamento de grabado de la Universidad de Iowa, donde inspiró a una nueva generación de artistas. La revista TIME llamó en una ocasión a Lasansky «el grabador más influyente del país».
Era especialmente hábil haciendo grabados a gran escala que requerían múltiples planchas y a menudo implicaban varias técnicas de grabado. Su Autorretrato mide casi un metro. La imagen destaca su cabeza y dos de las herramientas más importantes de un grabador: sus manos.
Fuente:NGA