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Entrar en 2024 es como empezar un nuevo capítulo: la oportunidad de reescribir la historia del cuidado de tu piel. Más allá del típico mantra de “año nuevo, yo nuevo”, ha llegado el momento de crear un régimen de belleza que no se limite a la apariencia, sino que sea un compromiso con el cuidado personal.

Este año no se trata sólo de tendencias; se trata de cuidar tu piel con un cuidado atemporal que te haga sentir segura de ti misma. Se trata de hacer y cumplir promesas eficaces, esenciales y basadas en sentirse bien por dentro. He aquí algunos consejos comunes respaldados por expertos y una guía sobre cómo cumplirlos, para que puedas ir más allá de una rutina de cuidado de la piel y comprometerte con un estilo de vida que nutra el brillo natural de tu piel.

1 HIDRATARSE POR DENTRO Y POR FUERA

Ya has leído y oído suficiente sobre cómo la hidratación es la piedra angular de una piel sana y radiante, y por muchas veces que lo hayas oído, sigue siendo habitual saltarse esos litros durante un día ajetreado. Establece alarmas periódicas para recordarte que debes hidratarte o invierte en un vaso inspirado en Pinterest que tenga marcas cada hora para mantenerte motivada.

Recuerda que no se trata solo de beber un vaso de agua, sino de adoptar un enfoque holístico. Incorpora productos hidratantes para el cuidado de la piel, como sérums y cremas hidratantes, que retienen la humedad y mantienen la piel tersa y húmeda.

Además, recuerda que tu pelo también necesita hidratación. La hidratación mantiene el cabello fuerte, flexible y menos propenso a la rotura. Mantiene la elasticidad del cabello, evitando la sequedad, el encrespamiento y los daños. Un cabello hidratado se traduce en menos puntas abiertas y mayor resistencia frente a las agresiones ambientales, un aspecto fundamental de un cabello sano.

2 HIDRATAR A MENUDO, INCLUSO LAS ZONAS QUE A MENUDO SE OMITEN

La hidratación constante es evidente. La Dra. Priti Shenai, de Skinworks Clinic, afirma: “Busca una crema hidratante con ingredientes hidratantes como el ácido hialurónico, la glicerina o las ceramidas. La protección SPF, la formulación no comedogénica y sin perfume, y los beneficios específicos para la piel garantizan la eficacia y la compatibilidad con tu tipo de piel”.

Y lo que es más importante, aunque la hidratación facial es habitual, no olvides extender ese amor a zonas que se pasan por alto, como el cuello, los codos y los pies. Invierte en cremas hidratantes que se centren en estas regiones.

3 SIEMPRE DOBLE LIMPIEZA, PARA LA PIEL Y EL CABELLO

Una simple limpieza ya no es suficiente con el aumento de la contaminación y la irregularidad del clima. La doble limpieza es imprescindible. Empieza con un limpiador a base de aceite para eliminar el maquillaje, la protección solar y las impurezas, y sigue con un limpiador suave en espuma o crema para garantizar una limpieza profunda sin eliminar los aceites naturales de la piel. Este ritual garantiza un lienzo limpio para que los productos de cuidado de la piel actúen con eficacia. Algunos de los productos de limpieza que recomendamos son Good Grease Cleansing Balm de d’you y Deep Cleanser de Ilem Japan.

La doble limpieza suave también es un gran paso para añadir a tu rutina de cuidado del cabello. Aunque no es necesario cada vez que te lavas el cabello con champú, es necesario limpiar a fondo el cuero cabelludo de vez en cuando. Empieza con un champú clarificante suave y sigue con uno hidratante. Este método elimina eficazmente la acumulación de productos, contaminantes y aceites, al tiempo que conserva la hidratación esencial. Evita la acumulación de residuos y permite que los tratamientos posteriores penetren en profundidad, lo que favorece un cabello más sano y manejable sin eliminar sus aceites naturales.

4 MAXIMIZA TU DESCANSO DE BELLEZA

La expresión “sueño reparador” es cierta. La piel se regenera y repara mientras duermes, así que prioriza las siestas de calidad. Crea una rutina relajante a la hora de dormir y piensa en fundas de almohada de seda para evitar las líneas de expresión y la rotura del cabello. La Dra. Chytra V Anand afirma: “Escatimar en horas de sueño puede dar lugar a un cutis cansado y apagado y acelerar el proceso de envejecimiento. Para aprovechar todo el poder del sueño reparador, intente dormir entre siete y ocho horas cada noche, siga una rutina relajante antes de dormir y piense en accesorios respetuosos con la piel, como fundas de almohada de seda, para mejorar la capacidad de cicatrización de la piel. Si tienes más de 35 años, toma suplementos de magnesio para mejorar la calidad del sueño.