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CIUDAD MADERO, México – El padre Ángel Vargas estaba bautizando niños de banco en banco cuando, de repente, una viga de amarre cedió y el techo de su iglesia se desplomó sobre las personas allí reunidas, matando al menos a 11 de ellas.


Vargas contó hoy a Radio Fórmula el desgarrador derrumbe del domingo en el noreste de México. “Algunas personas pudieron salir y otras no”, dijo Vargas, quien describió cómo el techo no se derrumbó en algunas áreas como alrededor del altar, lo que le permitió a él y a otras personas escapar. “Es una experiencia terrible y ha sido aún peor por el hecho de que había gente perdida”.

Muchos de los congregados en la iglesia de Santa Cruz, en Ciudad Madero, el domingo por la tarde eran ancianos y niños, porque se estaban celebrando unos cinco bautizos. El número de víctimas podría haber sido mucho mayor, porque poco antes unas 300 personas habían estado en el santuario para la misa.

Las autoridades estatales informaron el lunes por la tarde de que 13 personas seguían hospitalizadas, dos de ellas en estado grave. A primera hora del lunes, una mujer de 18 años sucumbió a sus heridas.  Suspendieron la búsqueda a primera hora del lunes. Tras temer en un principio que decenas de personas pudieran seguir atrapadas bajo los escombros, las búsquedas les llevaron a creer que no quedaba nadie en paradero desconocido.

El gobernador de Tamaulipas, Américo Villarreal, dijo que se habían utilizado perros adiestrados y cámaras termográficas para buscar bajo el cemento derrumbado.

Las grúas han estado levantando trozos de la losa derrumbada del suelo y la parte superior de los bancos.

Tres de los fallecidos eran niños, y en la lista de heridos había un bebé de 4 meses, tres niños de 5 años y dos de 9 años.

Las preguntas se centraron inmediatamente en por qué la estructura de hormigón y ladrillo falló tan repentinamente. Las imágenes de las cámaras de seguridad situadas a una manzana de distancia mostraban que el inusual tejado a dos aguas simplemente se había derrumbado. Las paredes no parecían haber salido volando ni había indicios de explosión ni de nada que no fuera un simple fallo estructural.

La oficina del portavoz de seguridad del estado dijo que parecía “un fallo estructural”. Pero el gobernador Villarreal dijo que no se había informado previamente de ningún problema con la iglesia.

Los derrumbes de edificios son comunes en México durante los terremotos, pero el Servicio Sismológico Nacional no informó de ninguna actividad sísmica lo suficientemente fuerte como para causar tales daños en el momento del colapso. Tampoco hubo indicios inmediatos de explosión.