SANTA MARÍA ATZOMPA, México- En el estado de Oaxaca, al sur de México, se espera con expectación la celebración del Día de los Muertos cada 1 de noviembre, cuando las familias colocan altares caseros en honor de sus seres queridos fallecidos y pasan la noche en el cementerio, encendiendo velas con la esperanza de iluminar sus caminos.
DÍA DE LOS MUERTOS
El Día de Muertos en México es una celebración para los 5 sentidos
Los arcos son portales para que los difuntos puedan llegar a la casa de un ser querido. También se crean caminos de flores que son como una señal de bienvenida.
También se enciende copal, un incienso que se cree que guía a las almas. Se colocan sus alimentos favoritos como manzanas, chocolates, pan, etc.
En esta fecha, los oaxaqueños no honran a la muerte sino a sus antepasados, dijo el secretario de Cultura local, Víctor Cata. “Es una celebración a aquellos con quienes compartimos un tiempo y un techo, que fueron de carne y hueso como nosotros”.
Las tradiciones de Santa María Atzompa se adoptan desde la infancia y se transmiten de padres a hijos. Una residente llamada Ana Martínez, le dice a su hija de 8 años que se asegure de que las velas permanezcan encendidas por la tarde para que “nuestros difuntos no se pierdan”.
En cuanto se pone el sol, los lugareños se reúnen en el cementerio para encender velas sobre las tumbas de sus familiares e iniciar una vigilia conocida como “vela”.
Las tradiciones oaxaqueñas varían entre los 16 grupos indígenas y la comunidad afrodescendiente, pero según Cata, existe un conocimiento ancestral compartido que se relaciona con la tierra.
“Octubre y Noviembre son la estación seca, cuando la tierra languidece”, dijo Cata. “Pero renace, así que existe este pensamiento de que los muertos vuelven para disfrutar de lo que amaron en vida”.