CARACAS, Venezuela – Los Venezolanos aprobaron el domingo un referéndum convocado por el gobierno del presidente Nicolás Maduro para reclamar la soberanía sobre una zona rica en petróleo y minerales de la vecina Guyana que argumenta fue robada cuando se trazó la frontera hace más de un siglo.
Aún no está claro cómo Maduro hará cumplir los resultados de la votación. Pero Guyana considera que el referéndum es un paso hacia la anexión, y la votación tiene en vilo a sus residentes.
El Consejo Nacional Electoral afirmó haber contado más de 10,5 millones de votos, a pesar de que durante el periodo de votación para el referéndum de cinco preguntas se pudo ver a pocos votantes en los colegios electorales. El consejo, sin embargo, no explicó si el número de votos equivalía a cada votante o si era la suma de cada respuesta individual.
A los votantes Venezolanos se les preguntó si apoyaban el establecimiento de un Estado en el territorio en disputa, conocido como Essequibo, la concesión de la ciudadanía a los residentes actuales y futuros de la zona y el rechazo de la jurisdicción del máximo tribunal de las Naciones Unidas para resolver el desacuerdo entre los países sudamericanos.
Si la cifra de participación ofrecida por Amoroso se refiere a los votantes, significaría que votaron en el referéndum más personas de las que lo hicieron por Hugo Chávez, mentor y predecesor de Maduro, cuando fue reelegido en las presidenciales de 2012. Pero si equivale a cada respuesta individual marcada por los votantes, la participación podría bajar hasta los 2.1 millones de votantes
La Corte Internacional de Justicia ordenó el viernes a Venezuela que no tomara ninguna medida que pudiera alterar el control de Guyana sobre el Esequibo, pero los jueces no prohibieron específicamente a los funcionarios llevar a cabo el referéndum de cinco preguntas del domingo. Guyana había pedido al tribunal que ordenara a Venezuela detener partes de la votación.
“Además, oficiales militares venezolanos anunciaron que Venezuela está tomando medidas concretas para construir una pista de aterrizaje que sirva como ‘punto de apoyo logístico para el desarrollo integral del Essequibo'”, dijo.
Guyana, el único país de lengua Inglesa de Sudamérica, sostiene que el acuerdo inicial es legal y vinculante y pidió en 2018 a la Corte Internacional de Justicia que lo dictamine como tal, pero aún faltan años para que se produzca una decisión.
Maduro puso todo el peso de su gobierno en el esfuerzo. La música con temática del Esequibo, las lecciones de historia televisadas a nivel nacional, los murales, los mítines y el contenido de las redes sociales ayudaron al gobierno a desviar la atención de la gente de asuntos apremiantes, como la creciente presión del gobierno de Estados Unidos sobre Maduro para que libere a los presos políticos y a los estadounidenses detenidos injustamente, así como para que garantice unas condiciones libres y justas en las elecciones presidenciales del próximo año.
El presidente de Guyana, Mohamed Irfaan Ali, dijo el domingo a los guyaneses que su gobierno está trabajando continuamente para asegurar que las fronteras del país “permanezcan intactas” y dijo que la gente no tiene “nada que temer en las próximas horas, días y meses.”
“Quiero advertir a Venezuela de que esta es una oportunidad para que muestren madurez, una oportunidad para que muestren responsabilidad, y les pedimos una vez más que se unan a nosotros para… permitir que el Estado de derecho funcione y determine el resultado de esta controversia”, dijo Ali.