GUAYAQUIL, Ecuador – Las escuelas y las tiendas cerraron sus puertas, mucha gente se quedó en casa y los soldados recorrieron las calles de las ciudades más grandes de Ecuador el miércoles, un día después de que miembros de bandas armadas que invadieron un canal de televisión durante una emisión en directo despertaran nuevos niveles de temor en una nación que vive una ola de violencia criminal.
Gran parte de Ecuador hervía de tensión tras el ataque del martes al canal público TC Televisión en Guayaquil, una ciudad costera considerada la más violenta del país. Militares y tanques custodiaban hospitales, medios de transporte público y redacciones de prensa, tanto allí como en la capital, Quito.
Los intrusos encapuchados que irrumpieron con armas y explosivos en las oficinas y el estudio de TC Televisión profirieron amenazas durante al menos 15 minutos, mientras amenazaban a los periodistas y a otros empleados aterrorizados. No hubo muertos. La policía intervino rápidamente y detuvo a trece personas.
Sin embargo, incluso en un país donde el año pasado fue asesinado un candidato presidencial, la descarada demostración de fuerza emitida durante el día en los hogares y lugares de trabajo de los ecuatorianos no tenía precedentes. El motivo del atentado no está claro, pero la respuesta del gobierno fue inmediata.
El Presidente Daniel Noboa, que llegó al poder en noviembre con la promesa de llevar la paz al país sudamericano, promulgó un decreto por el que se declaraba que la nación había entrado en un “conflicto armado interno” con 20 bandas de narcotraficantes a las que el gobierno calificaba de grupos terroristas.
El decreto autorizaba a los militares ecuatorianos a “neutralizar” a las bandas dentro de los límites del derecho internacional humanitario. El pronunciamiento del presidente llevó a algunos analistas a describir el ataque televisado como un momento decisivo para Ecuador.
“Estamos luchando por la paz nacional. Estamos luchando contra grupos terroristas que son más de 20.000 personas”, dijo Noboa en una entrevista con una emisora de radio local el miércoles.
La policía informó de que, hasta el miércoles por la mañana, había detenido al menos a 70 personas por presuntos actos terroristas, incluidos los 13 detenidos en el canal de televisión. El noticiario de media tarde de TC Televisión estaba en marcha cuando irrumpió el grupo armado.
Primero apareció un hombre con una pistola en medio de la transmisión en directo de la cadena pública, seguido de un segundo hombre con una escopeta, luego un tercero y más. Con el título del programa “After the News” a sus espaldas, los empleados de la emisora fueron introducidos en el plató y se les ordenó que se tumbaran.
La declaración de emergencia de Noboa se produjo tras la aparente fuga de prisión del líder de la banda Llos Choneros, Adolfo Macías, el domingo. Las autoridades afirman que Los Choneros, una de las bandas ecuatorianas consideradas responsables del aumento de atentados con coche bomba, secuestros y asesinatos, tiene vínculos con el cártel mexicano de Sinaloa.
Se desconoce el paradero de Macías, conocido con el alias de “Fito”. El gobierno ha declarado que se han producido al menos 30 ataques desde que se descubrió que había desaparecido de su celda en una prisión de baja seguridad donde cumplía una condena de 36 años por narcotráfico, asesinato y delincuencia organizada. Estaba previsto que ese mismo día fuera trasladado a un centro de máxima seguridad.
El jefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas dijo a los periodistas el martes que los recientes ataques eran reacciones de las bandas a las medidas del gobierno contra ellas.
“Han desatado una ola de violencia para atemorizar a la población”, dijo el almirante Jaime Vela.
Los gobiernos de Estados Unidos, Perú, Argentina, Israel, Canadá, Colombia y Rusia se han ofrecido a ayudar al gobierno ecuatoriano a acabar con las bandas, dijo Noboa. El presidente añadió que esperaba recibir un paquete de ayuda de Estados Unidos en los próximos días.