SANTO DOMINGO, República Dominicana – La República Dominicana es una de las cuatro naciones latinoamericanas que penaliza el aborto sin excepciones. Las mujeres se enfrentan a penas de hasta 2 años de prisión por abortar, mientras que las penas para médicos o comadronas oscilan entre 5 y 20 años. Los activistas por el derecho al aborto sostienen que la prohibición total del aborto en el país no sólo restringe las opciones reproductivas de las mujeres, sino que también pone en peligro sus vidas.
He aquí un vistazo a la prohibición del país.
¿Qué papel desempeña la religión?
Ninguna otra nación lleva una Biblia en su bandera.
El lema del país es “Dios, Patria, Libertad”, y el gobierno mantiene un concordato, o acuerdo, con el Vaticano, lo que implica que la religión oficial es el catolicismo, aunque la Constitución permite la libertad de culto.
La Iglesia Católica influye en la educación sexual. El programa “Aprender a amar”, implantado recientemente por el Ministerio de Educación, pretende reforzar los valores católicos de los estudiantes.
Católicos y evangélicos están unidos contra la despenalización del aborto y tienen influencia entre los legisladores. “Hemos conseguido una mayoría provida en el Congreso”, afirma Martharís Rivas, activista antiabortista. “Siempre hemos contribuido a los debates, y los obispos se acercan a los congresistas para hablar”.
¿Es imposible abortar?
No. En el campo se utilizan conocimientos ancestrales para interrumpir los embarazos con brebajes. En las zonas urbanas, algunos médicos facilitan abortos con medicamentos como el misoprostol.
“No es legal, pero si alguien llama, sé cómo manejarlo”, dice una trabajadora sanitaria que pidió el anonimato para evitar ser procesada. “Usamos recetas. Se usa (el misoprostol) para tratar úlceras, así que puedes recetar un complejo B, un antiácido y no habrá problemas”.
Además, hay redes de “acompañantes” como en México, dijo la activista Sergia Galván.
“En 1995 teníamos tres centros clandestinos de aborto, pero llegó un momento en que los riesgos eran demasiado altos”, dijo Galván. “Históricamente hemos tenido mecanismos, pero son insuficientes en medio de las restricciones”.
¿Y los abortos espontáneos?
La situación en los hospitales públicos es extremadamente delicada, dijo la enfermera Francisca Peguero. “Hemos visto morir a adolescentes en las salas de urgencias porque los médicos se enfrentan a un dilema: si las atienden, podrían criminalizarlas”.
Según Peguero, las clínicas están vigiladas por agentes de policía que, al ver a una mujer sangrando, pueden denunciarla.
¿Qué quieren los activistas del derecho al aborto?
Como primer paso, los activistas por el derecho al aborto querrían que el aborto fuera legal cuando la vida de la mujer esté en peligro, cuando el embarazo sea producto de violación o incesto y cuando las malformaciones del feto sean incompatibles con la vida.