SAN SALVADOR, El Salvador – Los legisladores de El Salvador han accedido a la petición del presidente Nayib Bukele de prorrogar por vigésimo cuarto mes consecutivo un decreto de emergencia contra las bandas.
El voto del Congreso a última hora del viernes significa que el 27 de marzo el país habrá pasado dos años completos bajo el decreto, que suspende algunos derechos.
Bukele ha utilizado los poderes de emergencia para detener a 78.175 presuntos miembros de bandas en redadas que, según los grupos de derechos humanos, suelen ser arbitrarias, basadas en la apariencia de las personas o en su lugar de residencia. El gobierno ha tenido que liberar a unas 7.000 personas por falta de pruebas.
La medida fue aprobada el viernes con 67 votos en el Congreso de 84 escaños, donde el partido de Bukele tiene mayoría.
El estado de emergencia original de 30 días -aprobado el 27 de marzo de 2022, tras una oleada de 62 asesinatos en un día- restringe el derecho a reunirse, a ser informado de los derechos y a tener acceso a un abogado. Amplía a 15 días el tiempo que una persona puede permanecer detenida sin cargos.
El total de homicidios en El Salvador ha bajado de 6,656 en 2015 -una media de unos 18 al día- a 18 en lo que va de año.
En todo 2023, hubo unos 214 homicidios, o aproximadamente uno cada dos días.
Pero los grupos de derechos humanos han expresado su preocupación por los abusos que se cometen en las cárceles salvadoreñas y afirman que personas inocentes se ven atrapadas en redadas dirigidas contra las conocidas y violentas bandas callejeras.
Las bandas controlaban antaño franjas de territorio mediante la brutalidad y el miedo. Han empujado a miles de personas a emigrar para salvar sus propias vidas o las de sus hijos, reclutados a la fuerza.
El poder de las bandas era más fuerte en los barrios más pobres de El Salvador, donde el Estado ha estado ausente durante mucho tiempo. Eran una sangría para la economía, extorsionaban incluso a los que menos ganaban y obligaban a cerrar a los negocios que no podían o no querían pagar.
Bukele fue reelegido en febrero, convirtiéndose en el primer presidente reelegido de El Salvador. La mayoría de su partido en el Congreso y un tribunal amistoso le permitieron eludir una prohibición constitucional.