LIMA, Perú – La presidenta peruana, Dina Boluarte, declaró el viernes a puerta cerrada ante los fiscales mientras las autoridades investigan si recibió ilegalmente cientos de miles de dólares en efectivo, relojes de lujo y joyas.
Los fiscales investigan a la impopular mandataria por enriquecimiento ilícito y omisión de declaración de bienes. Boluarte llegó al edificio el viernes por la mañana en un coche con los cristales tintados, rodeada de policías armados, entre una multitud de periodistas y varios protestantes.
Una mujer coreaba “Dina, asesina, el pueblo te repudia, Dina, ladrona, el pueblo te repudia”. Poco después, la Fiscalía confirmó que había empezado a tomar declaración al presidente.
Este escándalo es el último que ha sacudido el sistema político peruano en los últimos años. Hasta el viernes por la mañana, Boluarte no había dado ninguna indicación pública sobre lo que pensaba decir en su testimonio.
Una mujer coreaba “Dina, asesina, el pueblo te repudia, Dina, ladrona, el pueblo te repudia”. Poco después, la Fiscalía confirmó que había empezado a tomar declaración a la presidenta.
Este escándalo es el último que ha sacudido el sistema político peruano en los últimos años. Hasta el viernes por la mañana, Boluarte no había dado ninguna indicación pública sobre lo que pensaba decir en su testimonio.
La investigación comenzó a mediados de marzo después de que un programa de noticias digital, La Encerrona, mostrara a Boluarte luciendo un reloj Rolex que en Perú tiene un valor de hasta $14,000 dólares. Posteriormente, otros programas de televisión señalaron que el dirigente llevaba al menos otros dos Rolex, así como un brazalete Cartier de oro y diamantes cuyo precio se calcula en más de $54,000 dólares. La polémica se bautizó rápidamente como “Rolexgate” en las redes sociales.
La ley peruana obliga a declarar las joyas cuyo precio supere los $2.791 dólares, y aún no está claro de dónde proceden los relojes y los cientos de miles de dólares en transferencias bancarias.
Boluarte ha proporcionado escasos detalles sobre las transacciones sospechosas y las joyas, que no declaró a las autoridades, pero dijo que el Rolex mostrado por primera vez en fotos era el “fruto de mi trabajo” desde que tenía 18 años.
La polémica sólo añadirá vientos en contra para Boluarte, que es impopular entre el 86% de los peruanos, según una encuesta realizada en marzo por el Instituto de Estudios Peruanos.
A última hora del viernes, agentes de policía armados derribaron la puerta principal de la casa de Boluarte con un ariete y entraron en la propiedad para buscar los relojes. No los encontraron y se trasladaron al palacio presidencial, donde tampoco fueron localizados.
El fiscal superior Juan Villena dijo el martes que su oficina estaba ampliando el alcance de la investigación, dado que los investigadores creen que Boluarte tiene aún más bienes no declarados de lo que sospechaban en un principio.
La fiscalía estimó que sus joyas, incluida la pulsera y los relojes Cartier, podrían tener un valor de hasta 5$00,000 dólares, y dijo que recibió más de $400,000 dólares en “depósitos de origen desconocido” en su cuenta bancaria.
Boluarte, abogada de 61 años, fue una modesta funcionaria distrital antes de ingresar al gobierno del entonces presidente Pedro Castillo como vicepresidenta y ministra de Inclusión Social con un salario mensual total de $8,136 dólares en Julio de 2021. Llegó a la presidencia en diciembre de 2022 -después de que el Parlamento destituyera a Castillo- con un sueldo de $4,200 dólares mensuales. Poco después, comenzó a usar los relojes en público.
El allanamiento del viernes marcó la primera vez en la historia de Perú que la policía entra por la fuerza en la casa de un presidente en ejercicio. Se produjo después de que Boluarte solicitara más tiempo para responder a una citación judicial para declarar sobre el caso, que le fue denegada ya que el fiscal Villena hizo hincapié en la obligación de Boluarte de cooperar con la investigación.
La alianza de Boluarte con una coalición de líderes del Congreso significa que probablemente permanecerá en el cargo hasta 2026, dijo Will Freeman, miembro de estudios latinoamericanos del Consejo de Relaciones Exteriores. Freeman afirma que Boluarte es una “marioneta” que ha permitido a los legisladores aprobar reformas que poco a poco están “desmantelando la democracia” para que puedan mantenerse en el poder.
El Congreso peruano rechazó el jueves dos peticiones de varios legisladores para destituir a Boluarte.