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PUERTO PRÍNCIPE, Haití – El recién elegido Primer Ministro, Garry Conille, y el jefe de la policía haitiana visitaron el mayor hospital del país el martes (07/09), después de que las autoridades afirmaran que tomaron el control de la institución médica durante el fin de semana de manos de bandas armadas.

Normil Rameu, jefe de la policía haitiana, declaró en rueda de prensa el lunes que la policía tomó el control del Hospital de la Universidad Estatal de Haití, conocido como el Hospital General de Puerto Príncipe, el domingo por la noche tras meses de ataques cada vez más intensos por parte de grupos armados.


Los haitianos “se despertarán una mañana y se encontrarán con la operación hecha, los bandidos detenidos y neutralizados”, declaró Normil en la rueda de prensa, en la que declinó las preguntas de los medios de comunicación. Le acompañaba el oficial keniata Godfrey Otunge, quien afirmó que el contingente de policía keniata respaldado por la ONU tiene intención de colaborar estrechamente con las autoridades haitianas, así como con los socios locales e internacionales dedicados a la reconstrucción de Haití.

El hospital, de color verde y blanco, quedó destrozado por las bandas, con las camas despojadas de sus catres y los ventiladores de techo por el suelo. El interior del edificio quedó con escombros y artefactos de iluminación entre los cubículos del hospital.

Las paredes del hospital y los edificios cercanos estaban plagados de agujeros de bala, señal de las luchas entre la policía y las bandas del barrio. El hospital está justo enfrente del palacio nacional, escenario de varias batallas en los últimos cinco meses.

El concejal Louis Gérald Gilles también estuvo presente en la visita del martes, y anunció que el hospital debería estar en pleno servicio en febrero de 2026. Conille dijo que el hospital atendía a unas 1,500 personas al día antes de la asfixia de la banda.

Los ataques de los grupos criminales han llevado al sistema sanitario de Haití al borde del colapso y la escalada de violencia ha provocado un aumento de pacientes con enfermedades graves y una escasez de recursos para tratarlos.

Las bandas han estado saqueando, incendiando y destruyendo instituciones médicas y farmacias en la capital, donde controlan hasta el 80% de la zona.
El sistema sanitario de Haití, que ya tenía problemas antes de la violencia, se enfrenta a retos adicionales por la estación de lluvias, que probablemente empeorará las condiciones y aumentará el riesgo de enfermedades transmitidas por el agua.

Según un informe de la agencia de la ONU para las migraciones, la violencia en Haití ha desplazado a casi 580,000 personas desde Marzo.