Las plantas carnívoras existen en todos los continentes, excepto en la Antártida. Estas fascinantes plantas dependen principalmente de la fotosíntesis para obtener energía, al igual que sus homólogas verdes. Sin embargo, su adaptación única les permite atraer, capturar y digerir insectos, complementando su dieta con nutrientes cruciales como el fosfato, el nitrógeno y el potasio, que suelen escasear en los suelos pobres en nutrientes de sus hábitats naturales, que incluyen pantanos, ciénagas y selvas tropicales.
El pasado fin de semana, en el jardín botánico de Bogotá se pudo contemplar una impresionante variedad de estas cautivadoras plantas, en una exposición titulada «Déjate atrapar». Los visitantes quedaron cautivados por la fascinante belleza y las complejidades de estas plantas, que ofrecen una visión única de las extraordinarias formas en que la naturaleza ha evolucionado para adaptarse a entornos difíciles.