CARACAS, Venezuela – Edmundo González se ha convertido en un faro de esperanza para millones de venezolanos. Quieren llamarle presidente. Él cree que ganó ese cargo en las urnas el año pasado. El gobierno del presidente Nicolás Maduro dice que no.
Lo que está en juego en la toma de posesión el viernes del hombre que gobernará Venezuela durante los próximos seis años nunca ha sido tan importante en este siglo.
González nunca imaginó que llevaría el peso de la principal facción de la oposición, la coalición Plataforma Unitaria. Ni siquiera se había presentado a las elecciones de julio.
Abuelo prácticamente desconocido hace menos de un año, ahora ha oído a decenas de miles de personas corear su nombre tan alto como gritaban «¡Libertad! Libertad!» en mítines por todo el país sudamericano.
Pero González ha pagado el precio de desafiar los 25 años de gobierno del Partido Socialista Unido de Venezuela. Presionado, se ha exiliado. El martes declaró que su yerno Rafael Tudares había sido secuestrado en Caracas.
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«¿En qué momento ser pariente de Edmundo González Urrutia se convirtió en un delito?», dijo su hija, Mariana González de Tudares, en una declaración en la que sugería que el Gobierno estaba detrás de la desaparición de su marido.
González acababa de regresar a Caracas de un viaje a Europa cuando dirigentes de la oposición le presentaron la idea de ser candidato.
El duelo por la presidencia tiene su origen en los resultados electorales. Las autoridades electorales declararon ganador a Maduro horas después del cierre de las urnas, pero a diferencia de elecciones presidenciales anteriores, no facilitaron un recuento detallado de los votos. Sin embargo, la oposición recogió hojas de recuento de más del 80% de las máquinas de votación electrónica, las publicó en Internet y dijo que mostraban que González había ganado con el doble de votos que Maduro.
Pero éste ha prometido regresar a su patria para jurar el cargo el viernes. Mientras tanto, la Asamblea Nacional, controlada por el partido gobernante, está lista para recibir a Maduro para la juramentación que extendería su presidencia de 11 años hasta 2031.
González, que ha sido reconocido por varios gobiernos, incluido el de Estados Unidos, como presidente electo de Venezuela, no ha dicho cómo planea regresar o arrebatar el poder a Maduro, cuyo partido gobernante controla todos los aspectos del gobierno.
Ha estado de gira por el continente americano para tratar de recabar apoyos antes de la ceremonia del viernes, aprovechando sus dotes diplomáticas.
Horas después de anunciar el secuestro de Tudares el martes, González dijo que viajaría a Panamá a continuación.