COAMO, Puerto Rico -Los pueblos del centro y sur de Puerto Rico luchan por recibir energía eléctrica, lo que obligó a las autoridades del territorio estadounidense a activar el lunes un equipo de respuesta a emergencias y solicitar la distribución de alimentos a los necesitados.
El apagón se produjo hace más de una semana, dejando a decenas de miles de clientes sin electricidad tras el colapso de un transformador que superó dos veces su vida útil.
Funcionarios de Luma Energy, que opera la transmisión y distribución para la autoridad eléctrica de Puerto Rico, han dicho que las reparaciones podrían llevar más de un mes. El anuncio provocó la ira generalizada, sobre todo porque el corte ha interrumpido el servicio de agua y se produce en medio de advertencias diarias de calor excesivo, con la temporada de huracanes del Atlántico apenas comenzando.
Algunos políticos exigen que el Gobernador Pedro Pierluisi declare el estado de emergencia.
«La gente de Santa Isabel, Coamo y Aibonito no puede soportar otro día sin electricidad», dijo el lunes el senador puertorriqueño Héctor Santiago Torres, refiriéndose a las localidades del centro y sur de la isla caribeña. «Esta situación es insostenible».
Más del 40% de los 3,2 millones de habitantes de Puerto Rico viven por debajo del nivel de pobreza, y no todos pueden permitirse generadores o sustituir los costosos aparatos eléctricos dañados por los apagones.
Los funcionarios habían transformado una escuela de música en una enorme cocina mientras la gente cocinaba arroz y pollo, repartiendo cientos de almuerzos en zonas de difícil acceso de la ciudad, donde casi una quinta parte de la población tiene más de 65 años.
«Está claro que no estamos preparados para esto», dijo el alcalde de Coamo, Juan Carlos García Padilla, refiriéndose a los continuos apagones. Dijo a The Associated Press que los residentes ya están luchando con un alto costo de vida. «No les queda nada para ahorrar».
Los apagones crónicos han plagado a Puerto Rico desde que el huracán María golpeó en septiembre de 2017 como una tormenta de categoría 4 y arrasó la ya frágil red de la isla. Pero el apagón más reciente ha persistido más que la mayoría.
Puerto Rico depende de centrales eléctricas que utilizan carbón, petróleo y gas natural para generar alrededor del 97% de la electricidad de la isla, y los esfuerzos para cambiar a energías renovables son lentos.
Además, una junta federal de control que supervisa las finanzas de la isla ha impugnado la política de medición neta, que compensa a los hogares equipados con energía solar por su contribución a la red, alegando que socava la independencia de los reguladores energéticos. Los defensores de la energía solar advierten de que la impugnación podría obstaculizar la adopción de sistemas de energía solar en tejados y baterías, especialmente en comunidades con bajos ingresos, poniendo en peligro el avance de la isla hacia sus objetivos en materia de energías renovables.
Aún no se ha dictado sentencia sobre el recurso.