CIUDAD DE MÉXICO – El presidente, Andrés Manuel López Obrador, declaró el Miércoles que “se desmayó brevemente” durante el fin de semana antes de que se le diagnosticara COVID-19, algo que su representante había negado antes.
López Obrador dijo que sus médicos se habían preocupado lo suficiente como para administrarle alrededor de un cuarto de galón de líquidos rehidratantes. Dijo en una charla grabada en vídeo desde el Palacio Nacional en Ciudad de México -donde vive y está aislado- que los médicos querían llevarlo de vuelta a la capital en camilla.
El domingo se encontraba de gira de trabajo por la península de Yucatán cuando dio positivo en la prueba del coronavirus, lo que supone su tercer brote de COVID-19. Pero escribió en sus cuentas de redes sociales que “no es grave”.
Ese día, los medios locales informaron que López Obrador se había sentido débil el domingo por la mañana, algo que su portavoz presidencial negó en ese momento.
El miércoles, sin embargo, el presidente reconoció que “se había complicado”. … Tuve una crisis, porque de repente me bajó la presión” durante una reunión con ingenieros militares que trabajaban en su proyecto favorito, un tren turístico en la península de Yucatán.
“Fue como si me quedara dormido”, dijo. “No perdí el conocimiento, pero me desmayé brevemente debido a la baja presión arterial”.
El presidente dijo que fue trasladado de regreso a Ciudad de México a bordo de una “ambulancia aérea”, pero señaló que no fue llevado en camilla.
López Obrador, de 69 años, que ha reconocido un historial de problemas cardíacos, dijo que su corazón “no estaba afectado en absoluto.”
El martes, el embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, quien se reúne frecuentemente con López Obrador, dijo que él también había dado positivo al coronavirus, y agregó en su cuenta de Twitter: “Estoy bien”.
López Obrador se negó a promulgar la obligatoriedad del uso de mascarillas, y se negó a usarlas incluso en el pico de la pandemia, a menos que fuera absolutamente necesario, como en los vuelos de avión. Es famoso su rechazo a utilizar el avión presidencial de México, que recientemente anunció que había sido vendido a Tayikistán.
Mientras López Obrador permanece aislado -ha dicho que ha pasado el tiempo trabajando en discursos-, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, ha estado sustituyendo al presidente en las sesiones de información diarias de la mañana.