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La Calavera Catrina, también conocida simplemente como La Catrina, es un icono. La figura esquelética femenina es una presencia encantadora y poderosa en las festividades del Día de los Muertos, y hay más en ella de lo que parece. Hay estatuas y maquillajes inspirados en su aspecto macabro y elegante, y aunque mucha gente está familiarizada con su imagen, muchos desconocen sus orígenes o su simbolismo. He aquí algunos datos que quizá no conozca sobre la famosa Dama de los Muertos.

Tiene raíces indígenas

Antes de la aparición de La Catrina, existía una diosa de la muerte llamada Mictēcacihuātl que era venerada por los aztecas. Se cree que la deidad fue sacrificada cuando era sólo un bebé, maduró en el inframundo y se casó. Guardaba el reino de ultratumba con su marido, Miclantecuhtl. Juntos, recogían los huesos de los difuntos para dárselos a los demás dioses, de modo que los muertos pudieran volver a la vida y crear nuevas razas. Los aztecas veneraban a Mictēcacihuātl y los historiadores han descubierto que celebraban un mes especial en su honor que posiblemente incluía rituales, música y sacrificios de sangre.
Los dibujos aztecas la representaban sin carne en el cuerpo, con un rostro esquelético y la mandíbula muy abierta para poder tragarse las estrellas durante el día. Cuando los conquistadores españoles invadieron México e intentaron erradicar las costumbres indígenas, pensaron que podrían silenciar a Mictēcacihuātl. Sin embargo, los nativos no abandonaron a su Dama de los Muertos, y la figura se transformó con el tiempo, mezclando creencias e imágenes espirituales católicas españolas e indígenas. En esencia, la deidad es la precursora de La Catrina que conocemos ahora.

José Guadalupe Posada creó la famosa imagen de La Catrina

La conocida imagen de La Catrina que existe hoy en día se debe a José Guadalupe Posada, nacido en 1852. Fue un ilustrador y grabador mexicano que creaba calaveras para hacer declaraciones políticas de forma satírica, y su trabajo se publicaba en periódicos y revistas. Dibujó La Calavera Catrina en 1910, al comienzo de la Revolución Mexicana, para criticar el gobierno de Porfirio Díaz y la fijación que tenían los mexicanos de clase alta con la cultura europea. Para su primera aparición, se puso un elegante sombrero de plumas con el que pretendía burlarse de la moda aristocrática.

Tenía otro nombre

El nombre original de la caricatura de José Posada era “La Calavera Garbancera”. Algunas fuentes dicen que el término “garbancera” se refería a las mujeres que querían encubrir su herencia indígena y asimilarse a la cultura europea. Más tarde, se sustituyó por “catrín” y “catrina”, que se traduce aproximadamente como hombre o mujer elegantemente vestido. Se atribuye a Posada la frase: “La muerte es democrática. Al final, seas blanco, moreno, rico o pobre, todos acabamos siendo esqueletos”. Sus palabras resumen a la perfección que en la muerte todos somos iguales, independientemente de nuestro estatus, apariencia u origen.

El célebre artista mexicano Diego Rivera popularizó la catrina completa

Entre 1946 y 1947, Diego Rivera pintó una de sus obras más influyentes, Sueño de una Tarde Dominical en la Alameda Central. La obra representa 400 años de historia de México, destacando figuras y acontecimientos clave. En el centro de la imagen está La Catrina, pero a diferencia del boceto de Posada, que sólo muestra la parte superior de su cuerpo, Rivera dibujó su figura completa.
Está vestida con un elegante vestido y un gran sombrero decorativo. Se dice que la colorida boa de plumas que lleva al cuello representa al dios serpiente azteca Quetzalcóatl. A un lado está José Posada, al otro Rivera de niño y detrás Frida Kahlo. Juntos simbolizan la turbulenta historia de México y encarnan a los pueblos indígenas y colonizados. Si nos fijamos bien, parece que el artista incluso maquilló a su Dama de la Muerte, con las mejillas enrojecidas y los labios carmesí manchados. Esta representación de La Catrina es la que ha inspirado la imagen que tantos admiran y asocian con el Día de los Muertos.

La Catrina en la cultura popular de América Latina y EE.UU.

La Calavera Catrina se ha convertido en una parte intrínseca de las celebraciones del Día de los Muertos con la inclusión de calaveras de azúcar en las ofrendas y estatuas hechas a su imagen. A medida que su popularidad ha ido creciendo, ha inspirado a innumerables personas a imitar su aspecto. Los días 1 y 2 de noviembre, la gente se disfraza y se pinta la cara como ella, y hay numerosos tutoriales de maquillaje que muestran cómo conseguirlo. Las recreaciones van de lo sencillo a lo recargado, pero siempre con la icónica calavera.
Christina Sánchez, conocida en las redes sociales como Catrina Christina, ha sido alabada por su impresionante representación de la Dama de los Muertos y asiste a muchos actos del Día de los Muertos vestida como ella. La cantante Ángela Aguilar adoptó el look en el vídeo musical de su interpretación de “La Llorona”. También se la puede ver en obras de arte y tatuajes contemporáneos. Las películas Coco y El libro de la vida han popularizado La Catrina en EE.UU. y han contribuido a que la tradición crezca en popularidad en este país y se convierta en algo más habitual, como demuestra la colaboración con el ilustrador mexicano Luis Pinto y Target.

La Catrina es importante para mucha gente y tiende un puente entre el pasado y el presente. Mantiene vivas las tradiciones mesoamericanas, recordándonos de dónde venimos y adónde volveremos. Su conexión con la muerte y el más allá y su radiante presencia nos transmiten que, aunque es natural llorar la muerte de nuestros seres queridos, también es importante celebrar sus recuerdos.