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BUENOS AIRES, Argentina – Los niveles de pobreza se dispararon al 57,4% de los 46 millones de argentinos en enero, la tasa más alta en 20 años, según un estudio de la Universidad Católica Argentina.

Los resultados desataron rápidamente acusaciones entre la ex vicepresidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner y el gobierno del presidente Javier Milei, que llegó al poder anunciando una serie de medidas de choque destinadas a atajar la grave crisis del país.

Alrededor de 27 millones de personas en Argentina son pobres y el 15% de ellas están sumidas en la “indigencia”, lo que significa que no pueden cubrir adecuadamente sus necesidades alimentarias, según el estudio publicado el fin de semana.

El Observatorio de la Deuda Social de la UCA es considerado un espacio de investigación independiente y prestigioso, cuyos informes sobre pobreza abarcan un área geográfica mayor que los realizados por el INDEC, la agencia nacional de estadísticas de Argentina. Además, aplica una metodología que aborda el problema con un enfoque más multidimensional y sus conclusiones rara vez son cuestionadas por políticos y economistas.

Según el último informe del centro, el aumento de los niveles de pobreza en enero se debió en parte a la devaluación del peso argentino aplicada por el gobierno de Milei poco después de tomar posesión el 10 de diciembre. Esto se tradujo en un aumento del precio de la canasta básica del país -que incluye alimentos, servicios y bienes no alimentarios- y de la canasta básica de alimentos.

Los hogares de clase media o trabajadora que no reciben beneficios a través de programas sociales experimentaron el mayor impacto, concluyó el estudio.

Eduardo Donza, investigador del observatorio de la deuda social, dijo a The Associated Press que aunque la inflación podría desacelerarse en las próximas semanas, la incidencia del alza de precios seguirá impactando a los argentinos y la pobreza alcanzaría al menos a 60% de la población hacia marzo.

Milei, un economista que está aplicando una serie de medidas de choque, entre ellas una fuerte reducción del gasto público, dijo que el hecho de que “seis de cada 10 argentinos sean pobres” constituye “la verdadera herencia del modelo de castas”, que es como llama a la clase política que ha gobernado Argentina durante los últimos 20 años.

Más tarde afirmó que su Gobierno “daría la vida” para lograr un cambio en la realidad socioeconómica de Argentina.

La exvicepresidenta Fernández de Kirchner (2019-2023), que también gobernó entre 2007 y 2015, atribuyó el problema de la pobreza en gran medida a las políticas del presidente conservador Mauricio Macri (2015-2019), que la sucedió en el cargo, y a los ajustes aplicados por la actual administración.

Dijo que, a partir de 2018, “con una deuda en dólares y la vuelta del FMI (…), fuimos para atrás.” La realidad que presenta el estudio, dijo Fernández de Kirchner, “muestra que hoy estamos peor que en 2004.”

El Gobierno respondió a Fernández de Kirchner pidiéndole que “se calle”.

El vocero presidencial, Manuel Adorni, dijo el lunes, durante su conferencia de prensa diaria, que la ex presidenta es “una de las figuras más relevantes de los últimos 20 años de decadencia de la Argentina”.