En un incidente desgarrador, la familia del futbolista ecuatoriano Jackson Rodríguez fue rescatada tras su secuestro en su domicilio de Guayaquil. Las autoridades confirmaron el viernes que la operación de rescate tuvo lugar después de que la esposa y el hijo pequeño de Rodríguez fueran secuestrados el miércoles por un grupo de cuatro asaltantes enmascarados y fuertemente armados. Aunque Rodríguez logró eludir la captura escondiéndose debajo de su cama, su esposa, de 24 años, y su hijo de cinco años fueron tomados como rehenes en un espeluznante asalto a su domicilio.
En un principio, los secuestradores habían exigido un rescate de 500.000 dólares por el regreso sano y salvo de la familia de Rodríguez, una petición que el jugador se negó a satisfacer. Tras una rápida respuesta de las fuerzas del orden, la policía consiguió localizar y liberar a las víctimas secuestradas a última hora del jueves en el peligroso barrio de «El Fortín», una zona tristemente célebre por la violencia de las bandas y los recientes tiroteos masivos. Los informes indican que tanto la madre como el niño necesitaron atención médica tras su liberación, pero ya se encuentran a salvo.
Este incidente se produce en medio del estado de emergencia declarado por las autoridades ecuatorianas, principalmente para combatir la creciente ola de violencia alimentada por la delincuencia organizada en el país. Guayaquil, donde tuvo lugar el secuestro, se ha visto especialmente afectada, por ser una de las ciudades más peligrosas debido a su papel en el tráfico de drogas. La alarmante tendencia a la violencia no es nueva, ya que deportistas de alto nivel como Rodríguez han sido anteriormente blanco de ataques en ciudades ecuatorianas.